Pensar Cuba en Tiempo Futuro
ENTRAR .......¿Quiénes somos? .......COMENTARIOS RECIENTES ....... EN DEBATE
img-feed img-feed-email

La política necesita verse en forma de redes

Casa de la Trova, a local musical house at San...
Por  LIZABEL MÓNICA

Partimos del acuerdo de que es necesario pensar a la Cuba futura. Y necesario también que la pensemos nosotros, los cubanos. Por supuesto, hay que preguntarse en este debate quiénes somos los cubanos, y sobre todo hay que intentar que esta pregunta, como la pregunta acerca de una Cuba futura, no cierre; un deber ser es todo lo que no deberíamos pretender los cubanos en este instante. Es sabido que cuando las dictaduras o sistemas políticos muy cerrados ven fragmentado su poder, o precisan mutar a este, llevarlo hacia alguna clase de transición, pueden hallar y hallan por lo general modos de apoyo en el ethos nacional, y en el peor de los casos, en el nacionalismo.

En países de la ex-Unión Soviética lo que existe hoy, porque se estableció tras la caída -para ser precisos deberíamos decir que durante esta-, es una alianza entre nacionalismo y élites de poder.

Es para mi sintomático observar por ejemplo lo que sucedió hace unos días en Cuba a partir de la Serie de Béisbol -noviembre de 2009 a abril de 2010. Por primera vez se le dio a esta evento carácter de espectáculo y se vendieron en las tiendas cubanas, en moneda nacional -ya se hacía en cuc en departamentos de venta para turistas y en algunos puntos de venta en moneda nacional pero con baja calidad- artículos promocionales como gorras y camisetas. Además se oficializaron gestos espontáneos de los fanáticos: se colocaron letreros en lugares oficiales -tiendas, hoteles- y el mercado Carlos Tercero se encargó de confeccionar un muñecón con el icono de Industriales -el león-, para participar animando los juegos en el estadio. Al final de la serie, y tras la victoria del equipo Industriales, históricamente el equipo de la capital del país, se organizó un recorrido de los deportistas por la ciudad, pasando por las avenidas más céntricas pero incluyendo a barrios de la periferia, y se movilizó a centros laborales y estudiantiles para recibirlos en las calles. El resultado de esta última acción fue un verdadero carnaval popular, donde las calles, colmadas por personas movilizadas y fanáticos -y aquellos que sin ser fanáticos gustan de seguir una buena conga o expresarse públicamente por el centro de la ciudad sin ser reprimidos. A propósito de ello creo que el post de Claudia Cadelo  capta un poco de la sutileza de este "no pan pero sí circo"… En el discurso oficial de Luis Morlote, presidente de la Asociación Hermanos Saíz -asociación de escritores y artistas e intelectuales en la isla, la UNEAC (Unión de Artistas y Escritores de Cuba) para jóvenes- durante el Congreso de la Juventud, celebrado este mes, menciona la Serie de Béisbol, y elogia a los deportistas, diciendo que estos deberían ser los iconos en lugar de otros iconos impuestos por voluntades foráneas. Este discurso es doble, pues su destinatario -fue televisado por la televisión cubana- es por un lado popular, ámbito donde no se conoce ni se lee a los bloggeros, se conoce poco o nada sobre la muerte de Zapata y/o la huelga de hambre de otros disidentes, y probablemente no se sepa a quiénes puede referirse el funcionario cultural -aunque se desprende que es un "contrarrevolucionario" o "disidente" "pagado por la CIA"; y por otro lado, se dirige a los "contrarrevolucionarios" -los bloggeros están automáticamente absorbidos por esta palabra y fueron declarados todos "contrarrevolucionarios" en el mismo discurso- oponiendo la popularidad de la Serie de Béisbol a su agenda política. He ahí una estrategia ideológica explícita que habrá que tener en cuenta, sobre todo tras discurso el discurso de clausura del Congreso de la Juventud, por Raúl Castro. Es obvio que resulta mucho más efectiva ésta frente al desprestigio y desinformación por parte de los medios oficiales -que aprovechan la ausencia de acceso a los medios de información alternativos, como los blogs- o las razones de éticas de la voluntad de cambio social de la Revolución, muy poco populares ya. Es importante estar atentos a esto.

Volviendo a tu pregunta, creo que la frase "pensar Cuba en tiempo futuro" es precisamente una propuesta de juntar "los deseos" como dices, con "las posibilidades". Para pensar en tiempo futuro es necesario partir de un presente circunstancial, sin el cual el futuro sería abstracto y anodino, y desde él crear posibilidades. Esto lo acerca mucho a la labor creativa, razón por la cual se dice, de muchos escritores de Ciencia Ficción o futuristas, que se adelantan a los acontecimientos. Esta es una faceta muy visible de la manera política de la literatura. Desde ahí es fácil ver las dimensiones políticas del oficio de escribir. Aprovechando el giro de la última frase pudiéramos traer a colación aquello que José Ramos rescata como una de las ideas fundamentales del clásico libro La Ciudad letrada, de Ángel Rama:

"En lo que concierne al fin de siglo [se refiere al XIX], para Rama lo distintivo del campo literario latinoamericano, a diferencia de Europa, es su estrecha relación con la política, aún después de la relativa especialización de los literatos. Aunque Rama maneja (desde sus primeras lecturas de Darío) el concepto de la división del trabajo, al mismo tiempo rechaza la noción de "pureza" de la literatura en América Latina (…)" (1)

Hasta qué punto esto ha cambiado en el siglo XX es una cuestión en la que aún queda mucho por indagar. Creo que específicamente en el caso cubano y en el ámbito caribeño en general la distinción se mantiene, y tiene notoria vigencia. Esto es algo que estudié un poco en mi tesis para el curso de posgrado "Texturas del Caribe", organizado por Casa de las Américas y la Facultad de Artes y Letras (2), que ya conoces. Rafael Rojas en su libro Tumbas sin sosiego (3) ha visto tres líneas políticas de la escritura en la narrativa cubana de hoy día:  la del cuerpo, la de la cifra -"aquella que, desde el acervo de la tradición criolla (Villaverde, Meza, Carrión, Labrador, Lezama, Piñera, Sarduy, Cabrera Infante), persiste en descifrar o traducir la identidad cubana en códigos estéticos de la alta literatura occidental" (4)- y la del sujeto. Hay unas líneas que resaltaría particularmente en el estudio de Rojas por su utilidad para nuestra conversación:

"¿Cómo administran los escritores cubanos sus guerras y alianzas dentro de un campo tan diseminado? A mi juicio, por medio de políticas intelectuales de la escritura, es decir, de formas específicas de invertir el capital simbólico de sus poéticas con fines públicos." (5)

En estos momentos termino de preparar un volumen que analiza algunas obras de la literatura cubana actual -escritores contemporáneos vivos- revisando precisamente sus articulaciones políticas; hay muchos estudios de poesía aquí, pero también de narrativa. Una narrativa más reciente, de autores jóvenes, una generación literaria emergente que aún no se vislumbra desde fuera y paradójicamente se le presta también poca atención dentro de Cuba. Esta literatura maneja códigos diferentes, leen y ponen en práctica una política de escritura que los -nos- distancia de la generación de los noventa.

Todo esto corresponde al campo que he denominado, del que nace, la frase "pensar Cuba en tiempo futuro": como te decía, la literatura tiene la capacidad de imaginar, de crear futuros posibles o como decía Deleuze "inventarse el pueblo que falta"… Es ahí donde entra otra de las cuestiones que enuncia tu pregunta, que tu escribes de manera que abarca al mismo tiempo otras cuestiones, y que el escritor Enrique del Risco, planteó de manera concisa en una pregunta: ¿Qué país queremos? -a raíz del reciente post en mi blog (Iniciativa OZT y sociedad civil: El debate que vendrá). De muchas maneras el post de mi blog está escrito en torno al tópico que interrogas; "pensar Cuba en tiempo futuro": es propiciar un debate -punto sobre el que insisto en el post- en torno a la Cuba futura, al país que queremos, pero esto implica necesariamente cuestionarnos la Cuba actual: el país que tenemos, y como es obvio nos hace cuestionarnos también nuestro pasado. La potencialidad del tiempo futuro es entonces la de funcionar como concreción del pensamiento, de la identidad cubana que ponemos en discusión, no para negarla o afirmarla sino para "pensarla", que es atenderla, revisarla, recrearla. Arendt lee la presencia de un espacio público potencial en su acercamiento crítico a Kant a través de la capacidad de imaginación -veáse de Beatriz Porcel "La configuración de lo político en Hanna Arendt", 2001 (7). En tu trabajo de curso sobre Segalen, donde lees desde las cercanías de este autor con Marc Guillaume, Georges Simmel e Inmanuel Kant,  escribes:

"Ce qui est clair de cette définition d’exotisme est que l’exotisme pour Segalen n’est pas un effet esthétique. L’exotisme chez Segalen n’est pas non plus l’idéologie qui fait de la différence un fétiche. C’est un pouvoir l’exotisme de Segalen, un pouvoir de l’imagination, de la pensée."

Ahí va una de nuestras convergencias: como en el "exotismo" que tu desarrollas, de la misma manera que en la "noción de extranjería" en mi tesis, se llega a una manera de pensar imaginando a través de la literatura, o de imaginar pensando. Pensar y escribir políticamente, como puede verse en tu cita de Segalen: "(…) la sensation d’Exotisme : qui n’est autre que la notion du différent : la perception du Divers ; la connaissance que quelque chose n’est pas soi-même ; et le pouvoir d’exotisme, qui n’est que le pouvoir de concevoir autre (…)"… En mi post digo no hay una Cuba, y es necesario pensar -a esta- desde la diversidad. Esta es el pensamiento que entiendo como eminentemente político, el que concibe el diálogo entre discursos, aquel que coloca sobre el tamiz distintas maneras de asumir el espacio público común. Una comunidad geográficamente dispersa, sí, eso es clave, la diáspora no debe quedar fuera en ningún sentido de la imaginación de esta Cuba futura, a eso llama el debate de mi post y a eso se dirigen iniciativas como la que emprendemos tú y yo en este blog. Si nos referimos a lo mismo o no, no lo sé, y espero que no. Porque creo que el diálogo político que anuncio en mi post es el que precisa de encontrar los puntos comunes en una agenda política desde la micropolítica de imaginarios diversos. Llevamos cincuenta años en Cuba rechazando la diversidad en aras de una razón unificadora que correspondería con el futuro del mundo. He ahí donde volvemos con el tiempo y con la esperanza de que tu discurso difiera del mío: el futuro no debería ser enunciado nunca desde una entidad monolítica colectiva, totalizadora, que agrupe bajo su égida a discursos "menores". Ningún discurso es menor. La política necesita verse en forma de redes, en vez de en forma de pirámides o capas. Redes, donde lo que nos une, son las relaciones, los puntos de contacto, que por fuerza cambian de continuo. Cuando Zizek dice, "me gusta el racismo", con su habitual práctica de subversión del arma de doble filo de lo "políticamente correcto" -en el caso latinoamericano, y cercano a la literatura, Rojas enuncia la útil conceptualización de "subalternos hegemónicos" (8)-, no está diciendo que le gusten las prácticas racistas, sino que le gusta que exista la diferencia, algo cercano al "exotismo" de Víctor Segalen, quizás. Las prácticas son las que deben ser enunciadas desde puntos comunes, no las identidades. Y al mismo tiempo unas y otras deben verse en correspondencia, so pena de homogenizar o instituir una hegemonía racista demagógica. Entonces, no debemos ni somos iguales, ni nuestra Cuba ha de ser la misma. Nuestra Cuba por cierto debe ser lo que resulte desde la emergencia de nuestras maneras por fuerza distintas de proyección. En este sentido, tampoco puedo o quiero imaginar qué se piensa de Cuba. Quiero interactuar con otros imaginarios, sin pretender absorberlos en el mío. En el estudio citado Porcel ve el vínculo de la "capacidad de imaginación" con la "imparcialidad" que Arendt explica de esta forma: "es un punto de vista desde el cual examinamos, observamos, formamos los juicios y...para tomar los propios términos de Kant, donde reflexionamos"(9). Escuchar a otro es, muy bien descrito por Porcel, es estar "atento a todos los puntos de vista; el pensamiento ampliado proviene de hacer abstracción de los límites que, de modo contingente, son característicos de nuestra facultad de juzgar, es decir, salvar el hábito del interés particular". Entonces, más bien prefiero preguntarte ahora: ¿qué significa para ti pensar Cuba en tiempo futuro?

Notas:

(1) Desencuentros de la modernidad en América Latina. Literatura y política en el siglo XIX. Fundación Editorial El perro y la rana. Venezuela, 2009. p. 139.
(2) "Estudios del Caribe hoy: hacia una noción de extranjería". 50 páginas. Inédito.
(3) Frase que forma parte de una correspondencia personal a partir del post Iniciativa OZT y Sociedad Civil: El debate que vendrá.
Enhanced by Zemanta

¿Quiénes somos?

.

Desde Cuba

Lizabel Mónica es escritora, artista multidisciplinaria, editora y promotora cultural cubana. Fundadora y coordinadora del proyecto Desliz (www.desliz.net.tc) y la revista homónima (www.revistadesliz.net.tc). Su blog personal es http://palaDeOinDeleite.blogspot.com

Para comunicarte con Lizabel
puedes escribir a
lizabel.pensarcuba@gmail.com

.

.

Desde Estados Unidos

Katerina González Seligmann es escritora, traductora y estudiante de letras caribeñas. Es de familia cubana por un lado, de familia colombiana y hebreo-austriaca por otro lado. En Brown University estudia hacia un doctorado en literatura comparada.

.

.
 
▲ Volver ▲